Here we going again [Anabell Coen]

Los últimos días habían transcurrido un poco mas rápido de lo normal, en ocasiones no soportaba el estar junto a otras personas que me estuviesen martirizando la vida un poco mas, prefería quizás un espacio para mi soledad, un minuto en calma, alejada de toda la basura que tenia por sociedad.

La gente solía decir que el amor era la razón para sobrevivir en toda vida. Que el amor era la fuerza que nos amarraba al suelo y nos hacía pensar dos veces antes de hacer algo estúpido; que era eso que nos hacía detenernos en el último momento. Pero el tiempo no me había enseñado eso a mí, el tiempo sólo me había enseñado a odiar a las personas que le hacían daño a los que me rodeaban y a dar mi vida por los demás esto solo solía ocurrir cuando encontraba de verdad un buen amigo, pero en ese momento el caso era inexistente. Pocas veces hacía algo para mi misma, nunca me detuve a pensar en que, por primera vez, tal vez debería pensar un poco en mí y menos en los demás.

Pero, ¿De dónde venía esto?

Tal vez provenía del deseo de tener a alguien en este mismo momento junto a mi. El espejo, era no mas un testigo de la situación por la que pasaba, total apatía. Mientras pronunciaba un par de palabras ante la incertidumbre y silencio del viento, un frío entrelazo mi cuerpo haciéndome sentir un poco diferente de lo que era, seguir engañándome intentando ignorar lo que pasaba, tratando de vivir en un mundo perfecto de arcoiris y unicornios, no era la mejor solución que podía esperar.

Me encamine sin saber que rumbo seguir. Cruce un par de calles ante la incertidumbre de que pasaría, prefería aveces intentar morir no había otra solución que encontrara y mas cuando tu vida estaba llena de problemas, y cosas casi inexplicables, el cielo se iba tornando cada vez mas oscuro y yo estaba cada vez mas sola.

Quise remediar mi situación entrando en medio de la antigua estación de París, su estructura antigua y poco colorida contrastaban de acuerdo a los colores que se encontraban allí dentro, las personas se movían de un lugar a otro ignorando lo que pasaba a su alrededor, los trenes retumbaban lentamente con algunos zumbidos, y ahora estaba un poco mas aliviada quisas un poco mas feliz que antes.

estaba en un tren a punto de llegar a francia para visitar a mi querida amiga alex, aunque mi equipaje era una maleta un poco pequeña y una bolsa que tenia colgada por el hombro cuando el tren se detubo y pude bajar reconosi una figura y un olor muy familiar se trataba de alex no pude evitar saludarla con mas entusiasmo del necesario y le dije -alex, que gusto verte de nuevo que feliz estoy de estar aqui como has estado, que has hecho cuentame que ta a pasado- creo que fueron muchas preguntas y que podrian parearla pero solo la mire con una cara de curiosidad y entusiasmo.